Ricardo Vera, desde hace 30 años, la voz de la Quiniela Misionera

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Ricardo Vera frente a los bolilleros de la Sala de Sorteos. La voz de la Quiniela Misionera desde hace 30 años.

Ricardo Héctor Vera cumplió 30 años como locutor de la Quiniela Misionera, viviendo a lo largo de estos años un proceso que significó adaptarse a la evolución del producto madre del IPLyC S.E. y al vertiginoso avance de la tecnología empleada en la sala de sorteos. Ingresó al sector de juegos del Instituto Provincial de Lotería y Casinos Sociedad del Estado el 27 de enero de 1988 y se desempeñó como auxiliar de quinielas hasta el 31 de mayo de 1995 cuando, por una resolución firmada por el entonces presidente del directorio, Miguel Ángel Alterach (hijo), le asignaron la tarea de locución de los sorteos.

Recordó que la primera jornada fue “a puro nervio” porque venía del ámbito radiofónico y esa “fue la primera experiencia de pararme adelante de una cámara, lo que implicaba un cambio importante”.

Ricardo Vera junto a las Niñas Cantoras en la antigua sala de sorteos.

Contó que, al hacerse cargo, propuso imponer su impronta, “hacerlo a mi manera, para lo que me dieron absoluta libertad. Es que, por ese entonces, la transmisión era bastante estricta, se comunicaban los números y nada más. Empecé a hacerla un poco más familiar, con la interpretación de los sueños, agregando frases, enviando saludos de la gente. Los nervios estuvieron presentes, pero fue una experiencia maravillosa”.

Insistió con que “esa noche fue para mí, increíble. Nunca imaginé que me haría cargo de los sorteos. Si bien trabajaba con la quiniela, en ningún momento tuve la intención de conducir. Simplemente se dio. A partir de ese momento comenzó esta aventura maravillosa que implicó un cambio significativo en la profesión, de popularidad, de contacto con la gente. Y resultó una exposición más masiva que la de la radio”.

Ricardo Vera junto a los jóvenes Niños Cantores en la sala de sorteos.

Como el primer día

A pesar del paso de los años, Ricardo Vera inicia la tarea diaria como el primer día, con la misma responsabilidad, con las mismas ganas, con el mismo entusiasmo. “Vengo con la energía desde aquel primer día, del que pasaron 30 años. Para mí fue un cambio fundamental, un aprendizaje maravilloso en la profesión porque conocía mucho de radio, no así de las cámaras. El acompañamiento de los camarógrafos fue de gran ayuda, al enseñarme sobre las posturas, las distancias, las luces. Si bien tenía la capacidad de improvisar, esto fue para mí un despegue en la profesión y el reconocimiento del público es lo más lindo que me llevo”, aseguró emocionado.

Cuando pasó a ser parte del sorteo, había solamente diez premios y los números eran de tres cifras. “En uno de los bolilleros estaban los números del premio de tres cifras y en el otro, la ubicación del premio. Había mil bolillas de madera en el sorteador más grande. Después fue cambiando el proceso de los sorteos, se comenzó a modernizar, hasta llegar a lo que es hoy. Me fui aggiornando en la profesión, en los tiempos, en la búsqueda de aprendizaje constante, porque nunca creí que me las sabía a todas. Para mí fue un crecimiento mucho mayor que la radio, en exposición, en esta tarea de transmitir los sorteos. Ahora tenemos una nueva modalidad, pero en ese entonces era informar, transmitir, acompañar, además del espacio publicitario. Eran un montón de actividades para un solo locutor”, explicó Ricardo Vera, nacido en el barrio posadeño de Villa Urquiza y egresado del Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER).

Ricardo Vera junto a las Niñas Cantoras y promotoras de Jugá con Maradona durante un sorteo navideño, en la sala de sorteos.

Para este empleado del IPLyC fue muy importante la tarea que desempeñó en el sector de juegos porque “me ayudó a construir ese valor agregado. Fue como un trabajo de campo donde pude contactarme con los agencieros y con los apostadores, lo que también me hizo crecer. Conducía solamente para la televisión mientras que el equipo de LT4 –ubicada por aquel entonces frente a la plaza 9 De Julio- lo hacía para la radio, con un sistema de cable que la emisora tendía sobre los edificios aledaños. Del mismo modo se efectuaba la transmisión del canal. Era por un sistema de cableado que, cuando se cortaba en algún lugar, interrumpía la transmisión. En eso también se avanzó muchísimo”.

No puedo creer que hayan pasado 30 años

Indicó que los primeros años fueron de aprendizaje, de momentos compartidos con el equipo de trabajo (jefes de sorteo, auxiliares). “Todos fueron muy solidarios y permitieron que yo pueda seguir creciendo día a día. Tuve muy buena comunicación con mis compañeros de trabajo, con los colegas –que valoro y realzo la tarea. Con los más jóvenes, y con la cantidad de niñas y niños cantores, entre ellos, los chicos con capacidades diferentes, con los que nunca antes había trabajado. No puedo creer que hayan pasado 30 años. Todos los días, cuando voy subiendo las escaleras, lo pienso y me parece increíble el paso del tiempo”.

Ricardo Vera en pleno sorteo en la antigua sala de sorteos, junto a las Niñas Cantoras.

Cree que la espontaneidad, la responsabilidad, el profesionalismo, fueron algunas razones por las que lo eligieron para esta tarea. “Son cualidades que sigo conservando hasta hoy, al igual que la humildad y la cordialidad. Ahora tenemos un sistema de sorteador cuántico al que me aggiorné, y lo hago con la misma responsabilidad de aquel 31 de mayo de 1995 porque siempre tengo puesta la camiseta de la empresa”.

Frases que hicieron historia

Ricardo Vera junto a las Niñas Cantoras en la nueva sala de sorteos.

Rememoró que de la espontaneidad salieron muchas de las frases que se hicieron populares, como la famosa “ruido a bolillas”. Al citar la anécdota de esa noche, dijo que, como todo era artesanal, “teníamos un tablero que daba hacia la calle y había un auxiliar que se ocupaba de colocar los números. Cuando dije 770, octavo premio, comenzaban a buscar los números en la cajita e iban poniendo de a uno. En un descuido, el auxiliar tumbó la caja, provocando un ruido imposible de disimular. Como estaba al aire, digo: ruidos a bolillas… Salió de algo que sucedió en el momento para contextualizar y hacer una salvedad de la situación. Después lo implementé. Al escuchar el ruido de los sorteadores, dije: está bueno. Surgió así, fue espontáneo, como todas las demás frases que digo y que la gente lo toma como algo auténtico. Algunas frases mías se hicieron populares e inclusive, en algunos programas de sorteos realizan imitaciones, como si yo estuviera presente. Son cosas que quedan. Cuando escucho, pienso que algo quedó, tal vez me recuerden por eso”.

A lo largo de su carrera “me ponía en el lugar de la gente. Pensaba que empleaba su dinero para apostar y que no todas las veces la suerte estaba de su lado. También trataba de llevar, siempre con respeto, algo relacionado a los números que venían, con una cuotita de humor. De esa manera me fui asentando y haciendo que la gente me acepte y me quiera”.

La cara de un producto

Como locutor, condujo numerosos y multitudinarios eventos organizados por el Instituto donde los espectadores se acercaban para conocerlo y alentarlo por el cumplimiento de su tarea. “Venían a hablar conmigo, a tomarse fotos, a felicitarme. Decían: ´qué bueno es lo que usted hace´, ´cómo me alegra´, ´si bien no juego, me gusta escucharlo´. Entonces me di cuenta del poder que tiene esa comunicación, que fue mucho más que en la radio, que empecé diez años antes. Eso es algo que destaco siempre”, comentó Ricardo Vera, quien se inició en una emisora de Amplitud Modulada (AM), pasando por Frecuencia Modulada (FM), radio online, Spotify, entre otros.

Primer plano de Ricardo Vera.

Sostuvo que lo más significativo fue el Programa “Música por todos”, que posibilitó la llegada de artistas nacionales e internacionales. “Tenía que salir ante 70 mil personas agolpadas delante del escenario. Cuando me paraba en el medio podía apreciar la magnitud. Nunca soñé con eso, nunca pasó por mi cabeza, sobre todo, tener el dominio de un evento con semejante cantidad de público. Es necesario tener un poder de palabra para no titubear».

«Después llegaron: Baile de mi tierra, los bingos solidarios, los shows de Gurises Felices, en los que estaba rodeado de niñez. La última vez que participé fue en Eldorado, con un lleno total, donde los chicos venían con los papás a pedirme fotos. Eso fue algo extraordinario. Esa fue otra de las cosas lindas que te me regaló pasar por la quiniela”, aseveró.

La conducción de “Jugá con Maradona” hizo que se posicionara a nivel nacional. Con este juego propio tuvo la oportunidad de viajar por casi todo el país. “La última provincia que visité fue Neuquén, donde me tocó hacer la presentación junto al ex futbolista Ricardo Bochini, que vino en representación de Diego Maradona. También fue increíble el lanzamiento en Capital Federal donde el principal protagonista no pudo estar, pero en su reemplazo asistió su ex esposa, Claudia Villafañe, con la que charlamos bastante. También fue un momento de muchos nervios porque, entre el público, estaban los periodistas deportivos más conocidos del país. Al finalizar el evento, Martín “Colorado” Liberman se acercó y me dijo: ´vos sí que la tenés bien clara´. Me quedé sorprendido porque no era fácil llegar hasta la Capital y encabezar una conferencia de prensa de presentación del juego en el hotel Sheraton. Después, grabábamos los programas y se pasaban por Crónica TV”.

Ricardo Vera antes de un sorteo con las Niñas Cantoras muestra un premio recibido.

Proceso de transformaciones

Ricardo admitió que en la sala de sorteos venían transitando por cambios lentos pero que hacían a la transformación. Como el reemplazo de los sorteadores, la cantidad de sorteos, la renovación de personal en los distintos sectores y en los sistemas. “Me aggiorné y en este tipo de sorteos que estamos haciendo actualmente me siento cómodo cuando jamás pensé que iba a realizar un sorteo cuántico de quiniela. Esa evolución fue de crecimiento: empezar desde lo artesanal a terminar con lo último de la tecnología. Fue todo un recorrido para llegar a un sistema muy moderno. Para estos 30 años transitar, este final es como un broche de oro. Tal vez vendrá algo más y ojalá lo pueda hacer”.

Aquí transcurrió su vida. Cuando ingresó al Instituto, sus hijos Gastón y Carolina, eran pequeños, y en la actualidad es bisabuelo. Pero “fue un transcurrir maravilloso, que me ayudó a crecer en lo profesional, en lo personal y a estar siempre con energías para brindar lo mejor de mí, a la empresa y al público apostador. Quien me conoce desde los comienzos sostiene que soy el mismo. Siempre trato de ser humilde y cordial”.

Ricardo Vera junto a escribana y operador en la sala de sorteos.

Fueron 37 años de experiencia “en un trabajo que amo, al igual que el lugar y la gente que te rodea. Cuando llegue el momento de irme, me tendré que desprender de un montón de cosas que me hicieron crecer durante tantos años: el Instituto, la quiniela, la gente, que son una parte fundamental de mi vida».

«Son todas cosas buenas las que me pasaron y eso hay que celebrar y agradecer a Dios”, resumió quien en Misiones tuvo como referentes de la profesión a Silvio Orlando Romero, que era un locutor muy completo. También a “Jovita” del Valle, que son padrinos de la carrera de locutor nacional del Instituto Montoya, de Posadas, “por su profesionalismo, trayectoria y las cosas maravillosas que hacían”.

A nivel nacional miraba el programa “Imagen de Radio”, con Juan Alberto Badía, a quien consideraba un profesor. “Se emitía a la medianoche por ATC y me servía de mucho. Hacía locución en vivo y yo prestaba atención a la manera de pronunciar, las pausas, los silencios. Fue un tiempo de mucho aprendizaje. Otro que me parece un excelente profesional es Héctor Larrea”, acotó quien salió por primera vez al aire cuando LT17 funcionaba en el subsuelo del ex Hotel de Turismo.

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