Emotivo reconocimiento a la Agencia 225

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María Isabel Viero titular de la agencia 225 y Jorge Raimondi Gerente de Juegos del IPLyC SE

Es por los 27 años de dedicación, compromiso y aporte a la actividad en forma ininterrumpida. Lo recibió la titular de la Agencia Número 225, de Posadas, María Isabel Viero, en memoria de su esposo, Ramón Ernesto Augsburger, fallecido en agosto de 2019.

“Esto me emociona mucho porque está a nombre de mi esposo, que fue el que comenzó todo esto”, dijo la mujer, que, si bien “estuve a su lado durante todos estos años, me hice cargo en 2020, con la ayuda de mi hijo Ernesto”.

Tras recibir la placa de manos del gerente de Juegos del IPLyC SE, Jorge Raimondi, contó que cuando empezamos el barrio Guazupí, en el que están emplazados, «era todo de tierra, era un lugar muy alejado de todo, deshabitado. Y ahora está todo cambiado. Había que tener ganas y empuje para arrancar con una agencia en esa zona”.

Recordó que los inicios, allá por 1994, “fueron con las boletas por triplicado cuando aún se utilizaban talonarios, pero la tecnología avanzó de una manera increíble, y está muy bueno porque ayuda y agiliza mucho. Para nosotros, en esa zona, la Quiniela Misionera sigue siendo la vedette”.

Sostuvo que la evolución de la agencia “me llevó toda una vida, pero está bueno, porque estoy rodeada de mi familia, conozco a todos los vendedores, muchos de los cuales ya trabajaban con mi esposo, gente de confianza, y sin problemas”.

“El mostrador es una universidad”

Es lo que había manifestado Ernesto Ramón Augsburger, en ocasión de una entrevista realizada por la prensa de este Instituto. Si bien durante buena parte de su vida se dedicó a actividades vinculadas al comercio -desde vendedor de mostrador hasta administrador-, admitió que siempre “busqué algo que no necesitara reposición, y dentro de las opciones ésta era la que más me interesaba”.  

Agencia 225 de Posadas

Era propietario de un minimercado en la Chacra 86 cuando se enteró de la venta de la agencia y junto a su amigo, Mario Rodríguez, decidieron comprarla. Sobre el manejo indicó que “algo sabía porque hice una especie de pasantía en la 220 y me parecía que con esa preparación ya podía comenzar. Y así, fuimos evolucionando”. Agregó que por aquel entonces la jurisdicción era más grande porque aún no estaban habilitadas algunas agencias existentes actualmente, pero como todo comienzo “fue bastante duro”.

“Llegamos a tener 59 vendedores con libreta, lo que implicaba mayor trabajo porque una vez finalizadas las apuestas había que hacer el recuento, las cajas, y salir al centro a hacer la entrega. Al achicarse la zona se redujo la cantidad de vendedores”, acotó.

Manifestó que cuando llegaron las máquinas “podemos decir que descansamos. Eso fue un adelanto para nosotros. Fue una pegada”.

“No nos sobra, pero vivimos cómodos”, sostuvo Augsburger, quien comparó al mostrador de la agencia con una universidad porque “acá aprendes de todo. Estando detrás del mueble sos casi un psicólogo”. Y en ese sentido se refirió a los cabuleros que no quieren “que les digas gracias o suerte. Pero como vivimos en un barrio, esto es una cosa generacional. Los hijos van aprendiendo con los padres por eso se mantienen estas prácticas”.

Además, consideró que “el mostrador es la parte fundamental de la agencia porque es el que mayor porcentaje deja, aunque es muy importante la vista y el buen trato”.

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